Secuencia 3

Sandra está sentada a la barra, Nacho, del otro lado, le sirve una copa, mientras canta el mismo tango que al principio, Sandra se le suma, mientras lleva la copa a sus labios; quiere tomar sin dejar de cantar y se chorrea...

SANDRA
(Mientras se levanta sacudiéndose)
– ¡La puta que lo parió! (mira a Nacho y se tientan, ríen a carcajadas. Sandra toma una servilleta y se limpia la boca, pero se le corre el rouge, termina por sacárselo)

(En ese momento Ely sale del baño y se queda apoyada contra la pared, Nacho y Sandra la miran, se miran entre ellos y vuelven a tentarse. Sandra apoya en la barra los elementos para pintarse)

NACHO
– ¿No necesitás un espejo?

SANDRA
– No, me lo sé de memoria... Mi abuela me enseño a pintarme cuando tenía seis años. También me enseñó otras cosas... bah, en realidad casi todo lo que sé me lo enseñó ella... y la calle. (Nacho asiente con la cabeza) Mi mamá no, la veía muy poco y cuando estábamos juntas no hablábamos de eso. ¿Te conté no, que mi abuela regenteaba un prostíbulo?

NACHO
(Dándole pie)
– No me digas... (Ely se desliza por la pared hasta quedar sentada en el piso, saca una libreta y empieza a escribir)

SANDRA
– Si, en el sur... eran épocas duras, ¡los tipos eran duros!, pasaban meses sin ver a sus familias, trabajaban catorce horas por día, dormían en galpones, todos amontonados y a fin de mes, lo poco que cobraban se lo gastaban en copas y putas...

NACHO
(Divertido)
– Muy buena inversión

SANDRA
(Riendo)
– Por supuesto ¿Qué mejor? (apura un trago, apoya el vaso vacío) ¿No me servís otra, Nacho?

NACHO
(Le sirve)
– ¿Y tu vieja?

SANDRA
– Mi vieja era distinta, se cotizaba. Ella se molestaba si la llamaban prostituta, ella era "acompañante" ¿Entendés? Andaba con políticos y fulanos de guita. Aunque sé que en el fondo ella quería otra cosa. En cambio yo... ¡Qué sé yo! A mí me gusta cojer, quiero hacerlo todo el tiempo, me hace sentir viva, pero bueno, tampoco soy boluda, no lo voy a hacer gratis, aunque algún día sí, a lo mejor... si conociera a un tipo que me lleve a vivir al campo...

NACHO
(Se ríe)
– Al campo... ¿Y esto qué es?

SANDRA
– No boludo, a una casa en el campo, con animales: gallinas, patos y todo eso...

NACHO
(Burlón)
– La verdad que no te veo en una granja... como no sea regenteando gallinas... (se ríe estrepitosamente)

SANDRA
(Levantándose)
– Andá a cagar (va hacia donde está Ely) ¿Y vos... qué estás escribiendo... tus memorias?. (Nacho larga otra carcajada; Sandra trata de espiar en la libreta de Ely, que la esconde, y la mira desafiante) Dale, ¿por qué no me lees algo? (va hasta la barra a buscar sus cosas, Ely mientras tanto lee)

ELY
– "Como quien abandona la partida. Como quien se entrega, lentamente al abrazo de las sombras. Como quien hizo de la nada su propio y último silencio"

SANDRA
(Lo mira a Nacho y le hace un gesto como que no entendió nada)
– ¡Qué lo parió!

NACHO
(Desconfiado)
– ¿Eso es tuyo, Ely? (Ely se encoge de hombros)

SANDRA
–Ay, ¡pero que pálida que estás!... A ver, a ver (vuelve con el lápiz de labios en la mano) Vamos a ponerte un poquito de color (Ely se entusiasma, Sandra le pinta los labios, en un momento se detiene y se quedan mirándose fijamente, Sandra apoya sus labios en los de Ely que se deja hacer) Me parece que esta nena tiene futuro...

NACHO
– Es una chiquilina todavía.

SANDRA
– ¿Chiquilina? Yo empecé a esa edad...

NACHO
– Quien sabe lo que vaya a ser...

SANDRA
– Y a lo mejor escritora... (le empolva la cara) ...o bailarina, ¿Nunca la viste bailar?

NACHO
– No... pero si apenas puede mantenerse en pie...

ELY
(Mirándolo de arriba abajo)
– ¡Qué boludo!

SANDRA
– Esperá ya vas a ver (va hasta la fonola y pone un disco, se acerca a Ely invitándola a bailar) Dale, mostrale

ELY
(Se levanta meciéndose al compás de la música, se acerca a Nacho y le da el porro para que se lo tenga)
– No te lo fumes todo ¿eh?

NACHO
– Para nada...

ELY
– Lo único que falta es que digas que no te gusta... (Nacho sonríe y pega una pitada, Sandra agarra a Ely y empiezan a bailar, Nacho se suma, bailan los tres hasta que Sandra se cansa y se sienta a la barra) ¿Y? ¿Qué tal? (Nacho se detiene pero sigue observando, seducido por los movimientos de Ely)

NACHO
– Maravilloso... (Ely le clava la mirada y se quedan enganchados por un momento, luego Ely hace una reverencia y termina la danza).

NACHO
(Aplaude sonoramente)
– Muy bien, muy bien (hace una pausa. Iluminación tenue) Bueno ahora... vos Silvia sos Serena, la esposa del presidente de la sociedad de fomento que, al morir él, ocupó su lugar; y Marta va a ser Lula. Lula se desencontró con Raúl y pensó que él la quería abandonar. Lula y Raúl son dos forasteros y entran al bar peleándose. ¿Se entiende?

MARTA
– ¿Y Raúl? ¿Quién es? (Nacho busca detrás de la barra y vuelve con un muñeco; se lo entrega a Marta)

SILVIA
– ¿Y yo que hago?

NACHO
– Usted tiene que conseguir fondos para la sociedad de fomento. ¿Está claro?

(Nacho va a acomodar algunos elementos de la escena)

SILVIA
(Haciéndole un gesto a Marta)
– Tomá mate, justo yo que no puedo vender ni fósforos.

(Se cambian)

MARTA
– Tratá de divertirte, Silvia, ya no podemos echarnos atrás...

SILVIA
– ¿Y si los actores no vienen?... porque si este mugriento no les paga... Che, ¿No será una joda y nos estarán filmando? A ver si después salimos en televisión...

MARTA
– Ay, Silvia, ¡dejate de joder!.

SILVIA
– Pero mirá si...

NACHO
(Desde la barra)
– ¿Y, chicas? ¿Ya estamos?

Las dos:
(Nerviosas)
– Sí, sí.

(Salen de escena por la entrada del bar)

No hay comentarios: