Secuencia 4

Entra Serena, que viene saludando a la gente que pasa por la calle.

NACHO
– Buenas noches, Serena

SERENA
– Buenas noches, pueblo. Ay... Nacho, vengo deshidratada, ¿no me serviría algún brebaje para recomponerme? (se acerca al Escorpión) Buenas noches señor Escorpión, ¿como dice que le va?, hacía tiempo que no lo veía; espero que no nos falle el próximo sábado ¿Cómo? ¿No le había dicho nada? Ay pero que despistada, claro, el sábado hacemos la gran kermés del año, si, en la sociedad de fomento, por supuesto, para juntar fondos para el nuevo salón ¡Ah!, a propósito, señor Escorpión, me va a comprar una rifa ¿no?, poca plata ¿sabe?, se sortea un ciclomotor. Si, el primer premio es un ciclomotor y el segundo una radio am/fm, ¿qué me dice?; ¿cómo que no? vamos señor Escorpión, no me va a decir que justamente usted no tiene dinero, el hombre más poderoso del pueblo, por supuesto que a nadie le interesa cómo usted hizo su fortuna, pero por eso usted nunca se niega a colaborar con las causas nobles ¿verdad? Y que alguien me diga lo contrario, ah, me olvidaba el tercer premio es una torta de chocolate ¿Hecha por quién? Adivine... si... por mamita, ¡Ay, con lo que me gusta la cocina! Pero le juro que no tengo tiempo para nada. Una se debe a su pueblo, claro, "primero están los que sufren", así decía el finadito, ¿no es cierto Nacho?

(Antes que Nacho pueda contestar entran Lula y Raúl, a las trompadas)

LULA
(Forcejeando)
– Hijo de puta, salí hijo de puta. Te voy a matar. Soltame. Soltame, hijo de puta (peleando caen sentados a una de las mesas; Serena intercambia una mirada interrogante con Nacho que le devuelve una mueca, alzando los hombros; Lula registra que están en un bar y que hay gente observándolos)

SERENA
(Se acerca cautelosa)
– Hola, hola... buenas noches...

LULA
(Avergonzada)
– Perdón, no me di cuenta que...

SERENA
(Tranquilizándola)
– No hay problema, querida, ¡Estás muy tensionada! Necesitás algo fuerte (sin esperar respuesta) Nacho traeme un wisky por favor, con hielo. ¿O prefiere una gaseosa?

LULA
(Negando con la cabeza)
– Un wisky está bien.

SERENA
(Le tiende la mano)
– Mi nombre es Serena. Serena Risolta Yrigoyen, presidenta de la Sociedad de Fomento de Perros Muertos, aunque la verdad, la verdad, a mí nunca me gustó la política, pero la gente del pueblo lo quería tanto al finadito, insistieron tanto... (Lula la mira, interrogante) Mi marido, él era el presidente, hizo tanto por este pueblo hasta que... (se emociona; Lula le apoya una mano en el hombro, Serena reacciona) Ay, pero cierto querida, estábamos hablando de vos... contame... eh... ¿Cómo me dijiste que te llamabas?

LULA
– No se lo dije. Yo soy Lula.

SERENA
– ¿Tula? (lo mira a Raúl)

LULA
– No, Lula... y el es Raúl (se enardece) ¡Cochino!, ¡Miserable! (le tira una cachetada) –¡Hijo de puta!

SERENA
(Le palmea el hombro)
– Bueno, tranquilizate querida, tranquilizate y contame...

LULA
– Ay... no sé por dónde empezar...

SERENA
– Por el principio, angelito. (Se acerca Nacho trayendo el wisky, lo apoya en la mesa y clava sus ojos en Lula que le sonríe sugestivamente, Serena sigue la dirección de las miradas y luego lo mira a Raúl, le sonríe) Nacho (sin dejar de mirar a Raúl) ¿No me traés a mí uno de esos? Ah, y otro para Raúl. (Nacho se aleja, pero Lula lo sigue observando, Serena acerca una silla) Entonces, querida, ¿cómo era el asunto?...

LULA
– No podíamos venir juntos desde la Capital...

SERENA
– ¿Ah usted es capitalina? ¿Escuchaste Nacho?, perdón querida, siga, siga...

LULA
– Si... no podíamos venir juntos así que él se tomaba un micro y yo venía con el auto, nos teníamos que encontrar en la gasolinera, que está acá enfrente... en la parada de micros...
(Nacho le sirve un wisky al Escorpión y luego sigue acomodando las copas, cada tanto dirige su mirada hacia Lula)

SERENA
– Ah, pero entonces... ustedes...

LULA
– Somos amantes, es en lo único que nos podemos entender con este idiota (las dos miran a Raúl, luego Lula busca con la mirada a Nacho que le sonríe desde la barra) Ibamos a pasar el fin de semana juntos en un hotel que está entre las sierras, cerca de Termales, es un lugar hermoso... ¿Conoce?

SERENA
(Asiente con la cabeza)
– La verdad que no... salgo tan poco...

LULA
– Pero el estúpido no venía. Estuve más de dos horas esperándolo, la ansiedad me devoraba, pensé que se había arrepentido.

SERENA
– Ay hijita, ¡Qué momento!

LULA
– Y cuando por fin aparece... el maldito auto que no arranca, y dale que dale, dale que dale, lo ahogó el infeliz. Yo me puse como loca... discutimos y... bueno el resto ya lo sabe.

SERENA
– Si, es cierto... eso pasa por tener auto... yo, en cambio, tengo un carruaje (Lula la mira extrañada) Un carruaje repleto de oropeles, tirado por cuatro caballos blancos, como la nieve, totalmente blancos, lo único que los diferencia son los ojos, Rodolfo con sus ojos color café y el Idelfonso con sus enormes ojos celestes, cual Pegaso cruzando el firmamento y dejando tras de sí una aureola de nubes que...

LULA
(Interrumpiéndola)
– ¿Hace mucho que es viuda?

SERENA
(Saliendo de su delirio)
– ¿Cómo dice?

LULA
– Usted... me dijo que era viuda...

SERENA
– Ah, si... hace tanto ya que...

NACHO
– ¿Tánto?

SERENA
– ¿Cuánto hace Nacho que soy viuda?

NACHO
– ¡Tres meses!

SERENA
– Ay si, tres meses... pero lo recuerdo como si fuera ayer... (recapacita) ¿Tres Meses? ¿Dijiste tres meses, Nacho?

NACHO
– Si, ¿no se acuerda que tuvimos que velarlo acá?...

SERENA
(Tentadísima)
– ¡Tres meses! (Sigue riéndose)

NACHO
(A Lula)
– Tuvimos que velarlo en el bar, porque la sociedad de fomento se la habían alquilado a un director extranjero para filmar una película.

LULA
– ¡No me diga! (Serena sigue riéndose, interrumpiendo la conversación)

NACHO
– Serena, se va a ahogar...

SERENA
– Ay si, Nacho, servime algo para tomar.

LULA
(Suspirando)
– En fin... aquí estamos...

SERENA
– No te hagas problema, querida, todo se va a solucionar.

LULA
– ¿Le parece?

SERENA
– Por supuesto, y ahora reconcíliense... que es lo más lindo... (Serena se acerca a Raúl) Mirá que por acá no vas a conseguir un hombre tan fino, tan elegante, (la respiración de Serena se acelera) tan apuesto, tan... (le toma la mano y la acerca a su cuerpo) tan... (Lula que observa la escena se empieza a excitar) atractivo (de pronto se da cuenta de la situación, la mira a Lula, agarra su mano y la junta con la de Raúl) Con permiso, ¿eh? (Lula empieza a tocar a Raúl, Serena se dirige hacia donde está el Escorpión) Ay, don Escorpión, qué momento terrible ha pasado esa chica, me hace acordar cuando yo me casé ¿Nunca le conté? Porque yo me casé de muy chica, bueno muy, muy, en realidad no... tenía dieciocho, recién cumplidos, era esbelta, rozagante, pura...

NACHO
(Burlón)
– ¿Pura, a los dieciocho?

SERENA
(Ofendida, se acerca a la barra)
– ¡Por supuesto! Yo era muy inocente y después de todo vos que hablás si en esa época todavía no vivías en el pueblo, pero hace veinte años... (camina por la escena, se acerca al Escorpión) ¿Usted se acuerda, don Escorpión lo que era este pueblo hace veinte años?

NACHO
(Riéndose)
– ¿Cómo no se va a acordar si era lo mismo que ahora?
(Lula y Raúl hacen el amor sobre la mesa).

SERENA
– No se agrande usted, Nacho, porque viene de la Capital, que lo suyo siempre fueron los suburbios, si se le nota el barro pegado en el alma...

NACHO
(Como recitando)
– El barro, si, pero con ese barro se amasó el sueño de los orilleros... el verso de los zanjones... la melodía del arrabal.

SERENA
– Chan, Chán. ¡Ay Nacho! Usted es un poeta, las cosas que dice. Hasta me dieron ganas de bailar.

NACHO
(Saca una moneda y se la alcanza a Serena)
– Tome. (Serena va hasta la fonola y elige un bolero. En ese momento Lula y Raúl terminaron de hacer lo suyo y se están arreglando la ropa. Serena va al encuentro de Nacho y lo saca a bailar al mismo tiempo que invita a Lula y Raúl) Vamos, anímense, no nos dejen solos... (Lula lo toma a Raúl y salen a bailar).

(Durante el baile, Raúl sin querer le toca el culo a Serena que se entusiasma)

SERENA
– Ay, Nacho, me están entrando unos calores...

LULA
– Entonces... ¿Qué vamos a hacer? Si el mecánico no viene hasta el lunes...

SERENA (deja de bailar y se acerca a Lula y Raúl, llevando de la mano a Nacho)
– Perdón que interrumpa... él es Nacho, a lo mejor puede ayudarlos... (los junta para que bailen, al tiempo que agarra a Raúl) ¿Por qué no le explica Tulita?

LULA
(Mientras Nacho la toma para bailar)
– Lula.

SERENA
– ¿Qué?

LULA
– Es Lula, Lula no Tula.

SERENA
(Asiente con la cabeza)
– Si... explíquele a Nacho (y apoya la cabeza contra Raúl. Las dos parejas bailan un rato susurrándose cosas, hasta que Nacho hace un ademán invitando a Lula a acompañarlo, Lula lo sigue. Serena y Raúl se sientan. Lula y Nacho se acercan a donde está el Escorpión. Nacho los presenta. Lula coquetea con los dos).

SERENA
– No se haga problema, Raúl, seguro que el Escorpión los puede ayudar. Usted no sabe que clase de hombre es... así, viéndolo de lejos parece un rufián, bueno, en realidad es un rufián, pero si usted lo conociera... Seguro que va a poder ayudarlos, el Escorpión tiene muchas influencias, muchos contactos, es un hombre muy importante. Si, así como lo ve ¿O usted que pensaba? ¿Qué era un borrachín cualquiera? No señor, no se confunda, el señor Escorpión es muy poderoso por eso va a colaborar con una buena suma para la sociedad de fomento... ¿Cómo? ¿No le había comentado? Si, para el nuevo salón... usted me va a comprar una rifa ¿verdad? (Mientras Serena habla, Raúl la manosea y serena se calienta).

NACHO
(Al Escorpión)
– Escuchame... la señora...

LULA
– Señorita... (saludando con un gesto al Escorpión) Lula, mucho gusto.

NACHO
(Asiente con la cabeza)
– La señorita sufrió un percance, su auto se averió y el mecánico no viene hasta el lunes ¿Vos no tenés a alguien que pueda revisarlo hoy?

LULA
– Por el dinero no hay problema... llegado el caso podemos conversar...
(Lula se excita en presencia de los dos hombres. Serena se abanica con un pañuelo)

SERENA
– Raúl, ¿Alguna vez anduvo en ala delta?
(No espera que le conteste. Mira hacia donde está el Escorpión. Al mismo tiempo Lula mira a Raúl. Se miran entre ellas e intercambian posiciones. Se cambian. Son Sandra y Ely).

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